03 junio, 2006

La igualdad para todos

El tema de la desigualdad no es reciente pero sí que es cada vez más alarmante. Podemos preocuparnos por la desigualdad de dos formas: 1- más “social”: es un problema que nos toca nuestra sensibilidad hacia el prójimo (el de al lado necesita mucho más que yo – más allá de lo pobre o rico que sea), o 2- más “egoísta” y pensar en las consecuencias que esto trae para los más ricos (por ejemplo una inmigración ilegal incontrolable o una violencia que cada vez está más presente).

No se necesitan cálculos de índices para darnos cuenta de lo mal distribuido que está el ingreso ya que las consecuencias están a simple vista (no sólo en Latinoamérica sino en Europa por la cercanía a naciones de tan bajos ingresos que no llegan ni al mínimo digno para vivir). Es más que claro la necesidad de acciones que se deberían tomar de forma urgente para mejorar la situación de aquellos que se sienten social y económicamente discriminados.

Los principales responsables son los gobiernos y los sistemas económicos como el capitalismo tan extremo que vivimos hoy que no vela por una igualdad para todos. Los gobernantes se preocupan de los grandes números económicos y se olvidan de priorizar acciones concretas para disminuir esta brecha que existe entre ricos y pobres. Esta brecha seguirá existiendo si no damos oportunidad a todos a acceder a educación, salud, seguridad y trabajo digno. Pienso que todos podemos desde nuestro sitio hacer algo, pero un impacto real puede principalmente ser logrado por aquellos con mayor influencia en la situación de la sociedad. Empresas y gobiernos no pueden hacer vista gorda a este gran problema.