04 diciembre, 2005

Hacia dónde vamos?

Me vengo preguntando hace tiempo qué pasa en este mundo que muy poca gente está contento con sus trabajos, quieren cambiar y además sienten mucha presión de sus empresas. Ya hace unos años que nadie está tranquilo en su puesto de trabajo y además sufre la ya obsesiva locura de recortes de gastos por parte de la dirección. Algunas empesas muy rentables hasta recortan una sencilla fiesta de navidad con la excusa de que representa un gasto muy alto, y no hablo del caso del año 2002 en las empresas Argentinas donde la terrible situación económica buscaba fórmulas de ahorro para evitar tener que despedir personal o cerrar. En este último caso cualquiera de nosotros estaba decidido a apoyar decisiones que evitaran llegar al caso extremo de cerrar... Yo personalmente lo viví.

Pero ahora estoy viviendo realidades tan distintas a las de aquellos momentos donde mi empresa disfruta una situación de plena salud y crecimiento pero persiste la obsesión por lograr aún más y más rentabilidad. Compras de empresas rentables por sí solas, despidos de personal porque se necesitan estas sinergias de ahorro, recortes aún mayores del gasto, y cada vez mayor obsesión de lograr una contribución mayor. Mi pregunta es hasta dónde esta obsesión es sana?

Soy la primera en apoyar medidas que contribuyan al crecimiento sustentable de una empresa y de la contención del gasto para evitar llegar a una situación comprometedora... está claro que competidores no se quedan quietos y pueden hacernos pasar un mal momento si no estamos preparados, pero creo que todo tiene un límite.

Para mí el límite está cuando cualquier decisión que se toma no termina teniendo un impacto positivo en la sociedad en su conjunto. Cómo medimos este impacto? No es sencillo, pero intuitivamente creo que si no es una decisión que por ejemplo permita salvar una empresa en quiebra (ya que se evitarían perder algunos puestos de trabajo), o que permita una mejora en las características/precios de los productos (donde los consumidores vean un beneficio real de lo que compran), la decisión termina sólo impactando en los bolsillos de los accionistas. Acá no se ve un impacto positivo en la sociedad en su conjunto...

Uno podría pensar que muchas veces lo que se intenta con las decisiones que toman algunas empresas, es evitar tambalear en el mercado y necesitar subsistir (esto es muy lógico). Por eso deciden comprar más empresas rentables y volverse mega-empresas que pisan muy fuerte. De esa forma podríamos pensar que lo que hacen es defenderse del entorno que las agrede cada vez más... (esto no es tan lógico pensando que hay otras formas más positivas para la sociedad de subsistir). Esto para mí roza la ridiculez. Dónde está el límite? Quién pone este límite? Qué hacen éstas empresas para ayudar a quienes se ven afectados por sus decisiones?

Vamos hacia un mundo donde empresas gigantes se volverán más gigantes con la compra de empresas. ¿ Es que cada vez más gente se quedará sin su puesto de trabajo porque se necesitaran lograr sinergias de ahorro?. Además los precios de esos productos no bajarán.... el consumidor no verá ningún beneficio... Sólo va al accionista, pero no a los accionistas pequeñísimos sino a los grandes accionistas! Todos cada vez más concentrado!!!!

Hacia dónde va este mundo? No estamos perdiendo la cabeza?